El Siglo XIX y el nacimiento de la Apicultura en Chile
¿Te has preguntado alguna vez cómo llegaron las abejas de miel a nuestro país?
La historia no empieza en un campo lleno de flores ni en una colmena dorada. Empieza en un barco, azotado por los vientos del Cabo de Hornos, donde un cargamento de 25 colmenas casi desaparece para siempre.
De esas 25, solo dos lograron sobrevivir y arribar a Valparaíso en 1844, custodiadas por un italiano de apellido Bianchi. Y esas dos fueron el inicio de todo lo que hoy conocemos como apicultura en Chile .
1840s: Dos colmenas que cambiaron un país
El protagonista de este capítulo fue José Patricio Larraín Gandarillas, hacendado visionario y senador que soñaba con modernizar la agricultura chilena. Fue él quien financió la travesía de las abejas europeas (Apis mellifera ligústica) desde Italia, y quien vio en ellas una oportunidad para el futuro .
A su lado estaba Carlos Bianchi, apicultor italiano, contratado para acompañar el viaje y cuidar de las colmenas. La mayoría murió en el cruce, pero Bianchi logró salvar dos familias de abejas que pronto comenzaron a multiplicarse en los fundos de Larraín en Peñaflor y Viluco .
Ese año 1844 marca oficialmente el nacimiento de la apicultura moderna en Chile.
1850s–1860s: La semilla se expande
En los años siguientes, las colmenas empezaron a poblar el valle central. La Quinta Normal de Agricultura, creada en 1841, jugó un papel esencial en difundir innovaciones. Por allí pasó un agrónomo francés de renombre, Michel Aimé Pouget, que trabajó en los fundos de Larraín antes de viajar a Mendoza en 1853 para fundar la Quinta Agronómica .
Aunque Pouget es más recordado por llevar la cepa Malbec a Argentina, su paso por Chile y sus vínculos con Larraín lo convierten en un actor indirecto de la apicultura: un eslabón en esa red de agricultores ilustrados que creían en la ciencia para transformar el campo.
1870s: De país importador a exportador
La apicultura chilena no tardó en dar frutos. En 1873, menos de 30 años después de la llegada de las abejas, Chile ya exportaba miel y cera a Europa .
Lo que comenzó como un experimento de dos colmenas se convirtió en un negocio con alcance internacional: Inglaterra, Alemania y Francia empezaron a probar el sabor de la miel chilena.
1880s: Ciencia y colmenas modernas
En 1885, el naturalista Rodolfo Amando Philippi publicó en los Anales de la Universidad de Chile su estudio sobre las especies introducidas en el país. Entre ellas, la abeja de miel, que ya era considerada parte del paisaje agrícola .
En paralelo, comenzaron a difundirse en Chile las colmenas de marco móvil, inspiradas en los modelos Langstroth. Esto permitió cosechar sin destruir el panal y abrió el camino a la apicultura moderna .
1890s: El Estado entra en escena
Hacia 1890, los apicultores solicitaron instalar un colmenar modelo en la Quinta Normal para formar a nuevos criadores .
Un nombre clave aparece en estos años: Carlos Echeverría Cazotte. En 1898 el gobierno lo nombra “agente de propaganda apícola”, con la misión de recorrer el país dando charlas, organizando colmenares demostrativos y difundiendo técnicas modernas .
En 1899 entrega su Memoria Apícola a la Sociedad Nacional de Agricultura, y poco después publicará el primer libro técnico chileno de apicultura: Colmenas y Colmenares (1902). Su legado marca el puente entre la práctica artesanal del XIX y la profesionalización del XX .
Reseñas biográficas de los protagonistas
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José Patricio Larraín Gandarillas (1817–1902/1904)
Hacendado, senador y visionario. Impulsor del túnel de Mallarauco, innovador agrícola y responsable de la introducción de las primeras colmenas europeas a Chile . -
Carlos Bianchi (activo ca. 1844)
Apicultor italiano contratado para custodiar el viaje de las abejas. Su nombre suele aparecer de paso en las crónicas, pero sin él y sin esas dos colmenas sobrevivientes, la historia sería distinta . -
Michel Aimé Pouget (1821–1875)
Agrónomo francés. Trabajó en la Quinta Normal de Santiago y en fundos de Larraín antes de partir a Mendoza, donde revolucionó la viticultura. Representa la circulación de saberes agrícolas que también influyó en la apicultura . -
Rodolfo A. Philippi (1808–1904)
Naturalista alemán-chileno, director del Museo Nacional de Historia Natural. Con su pluma científica registró a la abeja europea como especie introducida, otorgando respaldo académico a su presencia en Chile . -
Carlos Echeverría Cazotte (fl. 1898–1902)
Agrónomo y primer “funcionario público” de la apicultura. Recorrió el país difundiendo la actividad y escribió la primera obra técnica chilena sobre colmenas .
Un siglo fundacional
El siglo XIX fue el tiempo de la epopeya de las abejas en Chile. Dos colmenas que sobrevivieron un viaje mortal se convirtieron en miles; los visionarios del agro chileno se encargaron de multiplicarlas, exportarlas y estudiarlas; y hacia el final del siglo, el Estado ya reconocía la importancia de organizar y enseñar apicultura.
Lo que hoy vemos como una industria consolidada, nació entre barcos, haciendas, naturalistas y pioneros que, sin saberlo, estaban escribiendo el primer capítulo de la historia apícola de Chile.